sábado, 28 de febrero de 2009

Sol en Otoño - Gato querido que se va!


Hoy ha descendido una luz distinta sobre Santiago. Es que Marzo viene, y con Marzo, una luz tenuemente grisacea, que obscurecerá nubes, lluvia. Se apagará el calor, se encenderán las estufas de parafina, gas licuado, leña. Alguien pondrá encima un tarro con cáscaras de limón o naranja nadando en agua. Este tiempo es dicotómico -a modo personal. Me gusta la primavera, y más el verano, que es siempre sorpresas azarosas, calor, poca ropa, flores, hojas verdes, brisa y lunas que se alargan con la intoxicación y la gente que se sucede en las fiestas, los bares y si hay suerte una cara en la almohada. El verano también es el inexorable frenazo de la máquinaria productiva: las lucas escasean. Marzo anuncia el peso de la vida de siempre: uniformes, colegiaturas, las lucas que aún faltan, la corbata al cuello, y el invierno, la gastrítis crónica y los meteorísmos concomitantes (signos todos de la de la neura bajo la calma y el miedo bajo el aplomo). Marzo anuncia que todo se retoma, y con eso, las lucas que llegarán. Pero en esta luz que palidece, siempre es hora de recapitulaciones, que el verano fue el fin de un giro de la rueda, y todo aparece distinto, una vez más, y quiero entender qué espera en la vía....

Pero ahora sólo quiero hablar de mi gato, que una vez más me pesan las horas y el gato es mi camarada en las micros, las noches, la casa materna, la casa de Sam, la pieza...Tiene las horas contadas, que no puedo quedarmelo, y se irán sus pelets, su cama, su arena química, el rastrillo, el pulgicida con el dueño nuevo, y quizás también cambie otra vez de nombre (sus apelativos ya han sido "Calavera" y luego "Rex" -¡mucho nombre pa' tan poco gato!). Cuando no esté, seguiré limpiando las puertas y los zócalos de mi pieza, y luego desmantelaré el empapelado asqueroso que heredé de los ocupas y una administración deficiente con el ornato, seguiré armando los muebles, disponiendo libros, cuadros, CD's... me detendré un rato, buscaré los puchos pero ya no habrá un miau ni pinchazos subiendo mi pantalón para recostarse en mi regazo; no habrá caja pasada a meado de gato, ya no habrá pelets ni agua, ni ovillos negros a los pies de la cama. Tampoco habrá gato que sacar de los estantes, los closets, los basureros, los montones de ropa sucia. Mis dedos no serán mordidos, mis brazos no serán arañados, nada atacará a las polillas ni a las pelusas en el suelo.

En fin, cagada chica de gato, realmente te voy a extrañar, yunta de las semanas de Febrero y el calor, de las horas sólo, de la agonía y muerte de mi tia abuela, de la pena que provoqué -tranquilo quedo que dolo no hubo; del portazo en la nariz del ego que se me dió a la semana para compensar -tranquila queda ella que dolo no hubo... Siempre recojo gatos, pero por primera vez tengo que desprenderme de uno...

lunes, 23 de febrero de 2009

Adriana Gamboa

Descansa en paz. Te llevas una tajada de mi niñez y la calle Santa Elvira, el parrón y el reloj cucú que marca las tardes de los domingos silenciosas de siesta hace ya años. Te llevas también los últimos vestigios vivientes de mis tatas, el ajedrez, ser arrastrado a misa con rigor semanal por la abuela, la casa de la playa, los parientes vistos sólo para tu cumpleaños, las fotos sepia de antepasados que jamás conocí, los sermones, el patio de luz. Contigo terminan de morir todos los viejos, los rosarios, los santorales, el domingo de ramos, la anilina y el concepto tradicional de familia.

"Quien canta es mi carozo, pues mi cuerpo al fin tiene un alma"

Gracias

Adiós

miércoles, 18 de febrero de 2009

Kant (de como nunca puedo entender la filosofía)

El tiempo es la forma de mi percepción. Si deduzco bien, puedo suponer que la X que percibo allá afuera no está en el tiempo: pasado y futuro son una ilusión.

¿Será que aún tomas mi mano en la calle?
¿Será que aún compartimos el sueño del declive y la muerte juntos?
¿Será que despierto todas las mañanas y veo tu chasca en la almohada a mi lado?

...No lo sé: quisiera que esta pieza y estos años de separación no sean más que un mal sueño.

Hospital

Otra vez los pasillos de un hospital.
Otra vez siguiendo a alguien
tendido en una camilla, ascensores,
puertas que dan a camastros con gente
inerme en impresentables batas blancas.

Otra vez las jeringas, los algodones,
salas de espera
Otra vez salas de espera.

Otra vez alguien se apresta a dejarme aquí
mirándome desde ojos apagados y rostro de piedra frio
y piel lívida.

Entre enfermeras ascepticas
y una mano que no volverá a partir un pan,
entre enfermeras
administrando los sacramentos seculares
para el dolor y la agonía:

sentiré la inquietud
primodrial, primigenia.
Nuestra carne es comida de gusanos.

Birra

Entre los brebajes, mi predilecta:
Tiempo y conciencia deja de sobra
para sentir la risa crecer,
sentir a los comenzales desdibujarse lentos,
escuchar la noche que desliza las horas
sobre mesas de bar,
balcones veraniegos,
rostros y calles que se suceden,
quizás compañia
para no ir sólo a la cama,
para olvidar
que mañana trae el afán de siempre
y un sabor pastoso en la boca.

Un Gato Más


Un gato de un mes
juega por la pieza.
Siempre recogo gatos.
Las razones son simples:

Ronrronean en mi falda,
se echan al sol,
siempre vuelven al mismo plato de pelets
no reconocen su imagen en el espejo.

viernes, 13 de febrero de 2009

Hormigas

Han llegado al baño. Una columna negra se mueve por el muro, subiendo y bajando. Una vez más se ha fallado en prevenir su aparición. Hay algunas tareas que requieren total disciplina, como la mantención de jardines o la interpretación musical; la meditación es otra: práctica constante de un método o un procedimiento con un fin determinado. Me sorprende que nadie haya reparado en las hormigas . Puntos negros movedizos, con un sólo objetivo en mente: comida. Por lo tanto, el evite de esta plaga de perfecta organización, perseverancia y mecanicidad requiere ponerse a la altura. Revisar y hacer mecánicos hábitos como cerrar herméticos los contenedores de azucar y los restos de comida no pueden quedar afuera; limpiar prolijamente mesones, mesas, individuales; lavar platos, ollas, vazos apenas se desocupan; anudar perfectamente las bolsas de basura, aspirar cada rincón del piso en busca de migas; limpiar muros, fregar la cocina, dejar el lavaplatos y el lavamanos impecables...Ponerse como meta que en un camping, o en una casa en verano, no inunden los tarros de basura, la panera o la despensa requiere tanta disciplina como acallar la mente, interpretar el vuelo de moscardón o controlar la maleza... Idea fija, práctica constante, orden en los hábitos, ritual... Tras las hormigas esta la iluminación...

martes, 10 de febrero de 2009

Alguien en una pieza

Alguien en una pieza abrirá las ventanas que dan directo a la calle. Virutillará el piso, encerará y empezará a depositar allí su vida al abrir las cajas, instalar los muebles, desempacar la loza, beber agua, café, recibir a sus hijos el fin de semana. Pasará las noches sólo, si es designio de la luna. Y la pieza empezará a conocerlo y se volverá su confidente, cuatro ojos silenciosos que se poblarán de sus hábitos al pasar las horas de los día de los meses, sus pasos sobre el piso, las conversaciones y las caras visitantes que vengan. Se prenderá incienso, se leerá, se escuchará música, se pagará el arriendo y se fumará. Volverá a virutillar y encerar, pintará los zócalos, los marcos de las ventanas, instalará cuadros, fotos.

Y un día la pieza verá como el amo empaca sus cosas, y lentamente despuebla ese su reino. Quedará vacia una vez más... hasta que llegue otro rostro, y encarne los mismos actos una vez más... ¿Qué quedará de ese hombre flotando bajo el techo, impregando el aire y los muros? ...Sólo la pieza lo sabe, confidente fiel, acumulando una tras otra vidas que se repiten en sus ritos, en sus virtudes y defectos, esperanzas y desengaños, sin traicionar ninguna...

viernes, 6 de febrero de 2009

Decisiones Post Mortem

Debo agregar que ese momento de certidumbre luego se abre otra vez. Yo y el moribundo podríamos diferir una vez más... ¿Escogerá la dicotomía que nos enseñan ya con largueza pedante el púlpito y los predicadores de todas las confesiones cristianas, y que la educación desliza con el golpeteo del día a día sub species de las inhibiciones y los imperativos de la conducta proba y la moral? En resúmen: ¿Escogerá La dicotomía entre cielo e infierno, castigo o redención? Puede también que en algunos momentos más (momento urdido en toda una vida), exhale y esa exhalación sea su acto final, que escoga cesar de ser, como se acaba la transmisión y sólo quedan hormigas crujiendo en la pantalla que alumbra el living vacío de una casa durmiente, sólo que el canal nunca volverá al aire. Puede escoger volver a encarnar, por ver una vez más, en otro cuerpo y en otro tiempo, el detalle de las rosas o los atardeceres o los muslos de una mujer -la esencia- y la vorágine de los sentidos y el devenir, las deudas, los cascos desfilando y las metralletas en la lejanía, la preocupación por el pan de cada día y las cuentas pagadas, los bares y la noche alargada por la borrachera y el hachazo concomitante, ninguno de los cuales se plasma sino con retazos pauperrimos de indigencia en adjetivos, sustantivos y oraciones. Incluso puede decidir por el Hades o el Valhala, todo es posible...

Un moribundo ante mis ojos, una cama higiénica las batas blancas higiénicas paseándose por los pasillos, una mujer tejiendo las horas de espera, niños con inhaladores, ancianos preguntando una y otra vez que exámenes hacerse... Nada de eso me preocupa. Pienso: ¿Qué escogeré cuando ese presente sea mío?

Moribundo.

En un hospital, hay un hombre que agoniza. Esta inconsciente y obviamente no puedo satisfacer mi deseo de hurguetear su soledad con mis preguntas. Quizás fue feliz o quizás desdichado, pudo haber o no tenido hijos, conocido a muchas mujeres o sólo una, habitar la miseria o ser rico o bascular entre ambas. Todos nos topamos con los mismos dilemas, lo que cambia es la forma que los abordamos. No se si enfrentó este hombre con calma o no la enfermedad, con entereza o quebrado los días de soledad, si escogió la borrachera, si el espectáculo del cielo estrellado o de los árboles cautivó su espíritu, o si se maravilló o no del hecho que las arañas coordinen ocho patas o que el útero de una mujer es capaz de alojar una guagua. Lo ignoro. Ignoro qué tuvimos en común, sólo que fueron muchas cosas porque los destinos los días las noches los desvelos el amor las arrugas los imponderables son iguales. No puedo decir con palabras claras y con sentido las experiencias concretas en que sin saber fuimos uno, los caminos en que fuimos el mismo viajero; ignoro lo que nos separaba...

Sólo sé que algún día, en alguna circunstancia, yo agonizaré como él lo hace ahora: el mundo se irá apagando como decolora el suyo. Enfrentaremos (el ahora, yo algún día) juntos el mismo momento...

jueves, 5 de febrero de 2009

Uno de estos días


Ire a un bar y pediré una cerveza "existente necesariamente". Cuando el mozo me la traiga, estará hecho, nadie podrá refutar que Dios existe.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Nunc Stans

Dicen las fuentes por allí que quien conoce la eternidad la conoce en el presente que no acaba nunca: un aleteo de colibrí es la eternidad, la calle que miro por la ventana o el primer acorde de "Mate Kudassai".

La cosa es que la eternidad ha entrado por una efimera semana a mi vida...luego se marcha y no se que pasará. Agradecido, feliz, en este pequeño intersticio de luz que se cuela con un nombre, cultrunes y una voz que me susurra en la cama, aqui y ahora todo esta bien, las hormigas y las las rosas blancas, el horario de trabajo y la angustia de las lucas que no tengo, una pieza destartalada y sucia, viento y tiempo libre para tirar al techo: todo esta bien y gira redondo y perfecto como las obras del inefable...

Gracias por esta efimera eternidad... Qué pasará luego... eso esta fuera de la eternidad y no me preocupa...

domingo, 1 de febrero de 2009

Perdurable

Quizás no perduren los rostros ni las voces; los lugares se confundirán, las circunstancias exactas también; quizás tu cara y tu tatuaje y las cosas que hablamos se vayan disipando hasta ser una abstracción de algún tipo, una serie de sombras borrosas, impresiones disconexas asociadas a tu nombre -quizás hasta tu nombre se deshilache con el fluir de los días que se reemplazan uno a otro sin final. Todos los hechos estan sujetos a la erosión y el olvido gradual, hasta que pasan a confundirse con el resto de los hechos del cambio monótono de lugar del minutero, alba tras alba. Sin embargo, se que esta noche loca y azarosa perdurará la llegada de los años y de la vejez y de la muerte: cinco desconocidos que nos dieron un viaje en la maleta de una camioneta y la generosidad de abrir dos horas de su vida a acompañarnos, un sandwich de lengua y un durazno robado, tu cuerpo y el sudor, la llegada del día y la despedida.
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