lunes, 31 de agosto de 2009

¿Qué Piensa un Niño?

Es mi hijo Mateo. Esta agachado sobre una fuente, con una mano extendida tocando el agua. Cuando miro esta foto, me pregunto: ¿qué piensas Mateo cuando miras el agua? Cuando explotas de rabia, cuando dibujas dragones, cuando saltas en la cama, cuando me pides que juege contigo... Hay algo tras tus pupilas que busca ser visto y escuchado y quiero ser los ojos y los oidos que lo capten...

Te quiero hijo, desde el fondo de mi carne, desde los huesos y desde la distancia.

Papá

(Originalmente posteado el 1/05/09)

viernes, 28 de agosto de 2009

Inextricable Fate

WARNING: este post es largo, requiere paciencia y no se amolda bien al formato. Se recomienda a los que no son amigos de rumiar palabras y conceptos largo rato que pasen de largo. No es particularmente novel. La mano del autor junta y juega con piezas donadas por la tradición. Para el que busque "novedades", recuérdese el axioma: all novelty is but oblivion. Mucho Kant, Kant, Kant, salpicado de Nietzsche, Wittgenstein, los griegos y otros. Es a ratos impreciso y oscuro, pero también conoce momentos más afortunados. Quizás valga rescatar que las conexiones entre las piezas pueden ser de algún interés para los que busquen surtir sus cavilaciones y estas versen sobre filosofía. Además, son elaboraciones previas e y arremetidas parciales para un projecto mucho más grande, que por lo mismo quizás jamás salga a la luz. Ni siquiera termina en algo concluyente. Estéticamente, es un asco. Para aquellos y aquellas que siguen al autor, cabe advertir también que no encontrarán menciones a los árboles ni las hojas ni romanticismos místicos de ningún tipo: todas estas ideas surgieron mucho antes de eso, en estancias mucho más crudas y descreidas, más cercanas al nihilismo (el autor ha confesado a nadie que muchas veces, el misticismo se parece a un nihilismo, pero eso es harina de otro costal). El parrafo más importante (y el menos logrado) es el 9. Hechas estas observaciones, y recordando al público general que EL TABACO MATA,

1. El lenguaje escinde las cosas. Piensa las cosas separadas en elementos que "la constituyen", algo que es un ensamble entre "lo que la cosa es" y las peculiaridades que la distinguen de "otras" que más encima, por debajo de estas notas peculiares, son de "la misma naturaleza". Pero la sensación que tenemos de las cosas es que son una. El gato no es separable de sus particularidades: si despellejamos al gato de sus "accidentes", no queda "un gato en si", queda nada. No vemos "la cosa en sí" en ninguna parte, ni siquiera "cosas singulares". Todo lo que esta en los sentidos, la "materia de la experiencia", es absolutamente sus determinaciones: en el objeto "allá afuera", parece que no hay "sustantivos", sino puros "adjetivos", que cada "cosa" se nos aparece como singular, irrepetible en sus "características" peculiares a si misma y a ninguna otra. Una persona es totalmente distinta a otra, por cada pliego de piel, mancha en las uñas: el concepto de "hombre" con que nombramos a cada cosa que identificamos como tal, esta vertido sobre una serie de entidades absolutamente únicas... Sin embargo, el lenguaje postula los "sustantivos" como la marca para designar "las cosas que son allá afuera": hay "casas", "autos", "monos", "emboques"; no hay "blancas" o "rápidos" o "feroces" o "añosos". Las características vienen en las cosas. Los sentidos y el lenguaje parecen diferir totalmente - vemos una cosa y hablamos otra.


2. El lenguaje postula "el gato" en si por un lado (un "sustantivo", adosable a cualquier entidad que tenga a bien ser "gato", por ejemplo), libre de determinaciones, y sus "determinaciones" por otro, con otro valor de ser "menor" (Wittgenstein: "las cosas son incoloras"). El adjetivo es de jerarquía menor que el sustantivo, porque, desde un punto de vista ontológico, deben postularse sustantivos para que "aglutinen" a los adjetivos. El contenedor "hombre", por ejemplo, porta "racional" y "bípedo". Sin el sustantivo, el adjetivo no tiene sentido (no refiere a nada); el sustantivo puede, al contrario, ir solo, sin más (todos entienden lo que quiero decir cuando digo: "hay un hombre". No sucede lo mismo al decir: "hay un arrugado" o "hay un racional", a menos que lo refiramos a "hombre" o a algún otro sustantivo en que se sostenga su uso). El lenguaje no sólo disgrega la percepción en componentes, sino que los refiere a un componente "abstracto" y jerarquiza estos componentes. Es notable que lo que sostiene ese orden es precisamente aquello "abstracto", una "entidad": la percepción es hilada alrededor de estos "componentes", componentes tales que "se disfrazan" de características concretas y perceptibles. Mientras transcurre la percepción, "veo" autos, nubes, cielo, árboles, etc. En estricto rigor no veo esas cosas, veo "accidentes" por todos lados y estos constituyen "cosas" tan sólo porque vierto en lo que percibo conceptos tales. Consígnese que el componente más inherente a los sentidos (la materia misma de los sentidos), recibe en el lenguaje el rol subordinado, dependiente. Lo que se yergue como "lo que verdaderamente es" es lo que no esta en la percepción. Estamos ante una inversión de la sensación: desde el momento en que hablamos, atamos lo real al hilo que conduce a lo que no esta en la realidad.


3. Pregunta: ¿Cómo es entonces que el lenguaje se relaciona con la realidad? Nietzsche salta a la cabeza hablando de los errores fundamentales para perpetuar la vida de animales como nosotros. Parece que nuestra relación con lo "que esta allá afuera" configura lo que esta allá afuera. Si esto es así, entonces estamos construyendo un "mundo" con el pegamento de nuestro espíritu. Ya Descartes puso como condición para el conocimiento la inspección del espíritu (¿como se que el pedazo de cera es la misma cera luego que la acerco el fuego y pierde su dureza, etc, etc, etc?), Kant nos dijo , de igual modo que ordenamos las impresiones de la percepción por medio de las intuiciones puras a priori del espacio y el tiempo ( como las formas de toda intuición, no son percibidas: percibimos porque tenemos la intuición del espacio y el tiempo, por lo tanto, nosotros ponemos el espacio y el tiempo. Ergo, ni siquiera podemos decir de lo que percibimos que este en el espacio y el tiempo), pensamos las cosas recurriendo a conceptos que insertan lo "común" a toda individualidad que vemos. Aristóteles: hacer una experiencia es remontarse a lo común, abstraer de todo lo particular aquello que aplica a todos los casos, lo que es común. Pensar es trazar todo lo real a una abstracción invisible, a algo que no es lo real, si por real entendemos lo que esta allá afuera y llega por los sentidos en sus afecciones. Es más, nosotros marcamos el devenir con el sello del ser...


4. Es entonces evidente que lo que conocemos de las cosas al "hacer una experiencia" es de naturaleza totalmente "interna": nuestra elaboración de la "materia de los sentidos" es finalmente no sólo "lo que concluimos", lo que "conocemos", sino aquello que es objeto de este conocimiento. En ese sentido, el conocimiento "conoce" lo que ya se ha puesto en la cosa, y según parece, nosotros incluso ponemos la "cosa". Nos movemos en una representación del mundo que es ordenada, jerarquizada: "entidades", "cualidades", "acciones", "sucesión en el tiempo", "causa y efecto". Pero no podemos decir que las cosas son así independiente de nuestra percepción y pensamiento. Por tanto, todo lo que conocemos es lo que podemos verter sobre las percepciones (cosas que se corresponden a sustantivos). De esto, se sigue que el hombre sólo se mueve en el espacio de si mismo: incapaz de saltar a las "cosas en sí", al mundo allá afuera. No puede probar que conoce nada, ya que conoce lo que él organiza y lo conoce según esa organización. Sólo toca al mundo externo en su superficie (al momento de percibir), pero no penetra esa superficie: inventa todo un piso invisible para ¿sustentar? lo visible. Por tanto, nuestra ventana al mundo es dudosa. El tribunal de la razón atiende a sus preceptos y con ellos "juzga" lo que se le ofrece, pero nada nos garantiza que el juicio se atenga a los hechos.


5. El camino "del conocimiento" esta por tanto prefigurado por el propio entendimiento: si somos capaces de organizar la sensación en percepción de "cosas", y luego conocer estas "cosas", formular teorías, hacer experimentos, manipular sus características en procesos productivos, no es porque nos "amoldemos" a la cosa, como pensaría el sentido común y la ciencia: el método científico, la especulación filosófica, o la común y corriente experiencia son caminos hacia lo que la razón o el lenguaje o "el espíritu" -tengo falencias terminológicas para discernir exactamente es aquello- ha puesto primero: para Aristóteles y Kant, las categoría; para nosotros, la estructura del lenguage. La razón (en cuanto "proceso cognitivo" que produce juicios y "establece" proposiciones que luego llama "conocimiento" o "experiencia" o lo que sea) no busca "traducir" la sensación en el lenguaje, sea el que este sea (matemático, lógico, "corriente", sociológico, etc.): busca encontrar en la percepción la "forma" del lenguaje.

6. La forma del lenguaje equivale a la estructura y componentes del lenguaje. Los analíticos, con su obsesión por encontrar un lenguaje que "reflejara" la estructura de los hechos disectan con precisión el supuesto esencial de todo lenguaje: hay en los hechos una estructura que coincide con la estructura de las "proposiciones" que refieren a esos hechos. Su error estuvo en creer que el lenguage "reflejaba" una estructura o podía llegar a hacerlo. Las proposiciones "reflejan hechos" porque suponen que los hechos y el lenguajes son isoestructurales. Es decidor de esto que Frege, Russel y compañía no se dedicaran a establecer la estructura de los hechos sino que analizaban la estructura del lenguaje, dando por supuesto que un análisis correcto llevaría a "reflejar" la estructura de la percepción. Esto es, cualquier lenguaje refiere a la realidad porque la estructura del lenguaje "es la misma" que la estructura de los hechos. Sin embargo, debe repararse que hay muchos lenguajes, y con esto no digo sólo "francés, chino mandarín o quechua", sino también matemático, lógico, musical (partituras, etc.), binario y así en más. Lo que en lenguaje común conocemos como árbol es "argumento" o "función", "configuración de átomos y partículas", "unidad", "sujeto o predicado", "materia prima", "objeto experimental", y así en más. Lo que quiero decir es que al momento en que la razón utiliza un lenguaje, prespupone la existencia "allá afuera" de determinados elementos que configuran lo dado de determinada manera: los presupone ya que opera con ellos.

7.Al igual que el obrero necesita tener "ladrillos" y no arcilla informe para construir una casa, la razón que esta "significando" lo dado presupone que lo dado este ya conformado de cierta manera para poder operar sobre ello. La actividad científica presupone que lo dado a ser conocido son "objetos" que tienen determinadas características como cuantificables, contrastables, verificables, etc; El músico supone que lo audible se "constituye" de "tonos", que son "distintos" y "discernibles" unos de otros. Todos presuponen que "lo dado" tiene determinada naturaleza: previo a cualquier elaboración de la razón, cualquier manipulación consciente de los "objetos" en el mundo, estos tienen que estar dados de cierta manera. Esto es lo que hace el lenguaje. La organzación básica de la percepción para "disponerla" al conocimiento viene dada por las estructuras del lenguaje, por el sujeto y el predicado, por el verbo y todos sus tiempos, por la discursividad; los lenguajes numéricos también caben dentro de esta malla basal. De allí en más vienen cosas como las "categorías", y luego las elaboraciones: la ciencia, la filosofía, el arte, la técnica...

8. Y este es un destino: sin poder escapar del lenguaje más que renunciando a él , el hombre no puede "conocer" el mundo, si por conocer queremos decir: decir lo que las cosas son, tal como son... Lo que podemos decir no son las cosas: nada determinado, particular y único se deja decir con palabras. Basta tratar de imaginar un rostro con la descripción lingüística de él: nunca acertaremos a "recrearlo" tal como es a menos que lo veamos directamente. Armados con estos remedos vamos por la percepción y el creamos un mundo, un mundo que obedece a estos remedos: la manufactura humana es la razón hecha potencia cósmica, poniendo allá afuera una elaboración de la materia que responde a nuestras formas de percibir. La simpleza de las formas, las líneas rectas, la manufactura de "modelos" iguales, la intervención en procesos que ya están delineados en "componentes"... La técnica, la tecnología y el conocimiento puesto a su disposición es la asimilación de lo "allá afuera" a la forma de la razón, del lenguaje, de la abstracción. La abstracción que borra todo lo "individual e irrepetible"... La tendencia profunda de Occidente es hacer de la razón humana una potencia cósmica, o, dicho en palabras simples, hacer del mundo un orden racional, un espejo del lenguaje y la razón.

9. Aunque la materia del mundo nos es incognoscible, a pesar que la historia de la civilización es la historia del intento de apropiarse dentro del "mundo natural" (entendiendo este como el "no humano") un espacio para el mundo "humano" (un mundo que obedezca a tales cosas como la legislación, el bien y el mal, y, en suma el "orden racional", sea este el que sea), Occidente (aquella civilización que las venció y sintetizó a todas, y por lo tanto, la que más lejos lleva esta tendencia) se topa ya con los límites de esa ontología: parece ser que el mundo no responde bien a la razón hecha poder material... La "X" resiente la praxis humana... Este es un momento de grandes preguntas y decisorio, que los altos hornos no pueden seguir funcionando eternamente ni los humanos pulular como langostas por allí...


viernes, 21 de agosto de 2009

Lo Correcto

Hay cosas que son lo razonable, lo correcto, lo que evita el dolor, y se impone separar los caminos. Una vez consumada la decisión, a veces asalta una cierta pena que se siente como el crepitar de las hojas o el atardecer del domingo en las calles vacías. Pronto pasará. Todo pasa. El cariño resonará un poco en la ausencia, pero mirarás atrás y quedarás tranquila; miraré atrás y quedaré tranquilo... Por mientras, el invierno se hace un poco más crudo y la luz llega un poco más opaca... Sin embargo, sopla el viento, cae la lluvia, las nubes giran en el cielo y las cosas siguen su curso inexorable. Yo sigo girando como siempre alrededor de la rueca del dinero, del trabajo, de mis niños amados; tu tienes una vez más la libertad de la vida sin las ligaduras de ninguna decisión... Suerte.

sábado, 15 de agosto de 2009

Nietzsche, Pandora y la Esperanza


Nietzsche escribe que el pecado del cristianismo fue desatar el último mal que Pandora no derramó al abrir la caja: la esperanza. De cierta forma, tiene razón al ver la esperanza como un mal, si esta palabra, al igual que la palabra "bien" siguen teniendo algún sentido vistas las cosas como un todo y no como la perspectiva de una parte. Una vez abandonada la esperanza, una vez que el mundo no es asaltado con la "expectativa" de algo, lo que sea, este se muestra por primera vez como querible "por si mismo", en todo su espectro, en su dolor y su alegría, en la muerte y la vida, a través del calor del desierto o la lluvia fría... Esperar "algo" de las cosas es resistirse a verlas por lo que son, como son por sí...

Una vez que se abandona la esperanza, se razga el velo... Todos sabemos lo que esta detrás.

Sheltering Sky

Hoy el cielo esta nublado. El viento tibio levanta la hojarasca presagiando la lluvia que se viene cierta. lloverá sobre esta ciudad melancólica y las calles reflejarán las luces de los postes y podré mirarme en los charcos. Lloverá sobre las calles vacías y sobre los muros que esconden amantes y niños durmiendo y toda clase de existencias con sus tribulaciones, sonrisas, secretos y miedos variados. Bajo un cielo ennegrecido y la soledad, seré uno con los perros que se pasean por las calles y con los mendigos, seré uno con ellos porque la lluvia cae sobre las lápidas y sobre la cordillera; las gotas y el frio reciben los sollozos de las novias abandonadas y los gemidos de placer y la borrachera y los asesinatos y la enfermedad tosiendo flema y toda la felicidad y las estufas y la parafina. Todo se purifica y el frío renueva la respiración. El dolor y la soledad se intensifican pero salen a flote, y la lluvia es como una purificación y promete el florecer y las primaveras y los ombligos de las mujeres y el sol y la luz y una sonrisa en mi rostro. Bajo las calles mojadas, con mi rostro contra el cielo, encontraré una vez más a la divinidad y toda su bondad.
Creative Commons License
faceinstone by matias rivera baeza is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Chile License.