viernes, 26 de julio de 2013

Solidaridad post mortem (dar lo mejor de sí)

Cuando muera, voy a donar mis pulmones, hígado, tabique nasal y corazón.


miércoles, 24 de julio de 2013

Nothing i wanted to pubish

Me niego a publicar un link. Por último que aparezca el video.

Hay lugares que son soñados por todos los hueones como yo. Para mi, estos lugares no están ligados a Baldomero Lillo ni a las postales para turistas. Cada uno tiene un mapa de la realidad y de lo deseado (lo que no es su realidad efectiva) y el mío incluye música anglosajona...

Mandé una queja. Ojalá se me escuche. Ojalá se me permita agregar el link que sigue como un video y no como link.

http://youtu.be/oEf1Qq6upEU

Calfornia or whatever place is a dream for the customer

miércoles, 17 de julio de 2013

Dios salve la familia.

Fé de ratas: en vez de "Hobbes", debe decir "Camus". Mi memoria no es la de antes...

Hobbes dijo que respecto a la naturaleza humana, bastaba mirar a la propia familia para una clase edificante sobre lo que somos y lo que podemos ser. 

Debo admitir que por mucho que simpatice con las miradas obtusas del optimismo, tenía razón .. La naturaleza humana es vil, baja, mentirosa, torcida y necesita de la mentira de forma absoluta para guardar algún grado de amor por si misma, siendo lo abyecta y miserable que realmente es. Sin mentira, no queda amor ni redención. Esto lo comprendió el Nazareno, que decidió hacer la vista gorda a todo para que el amor pudiera tener alguna oportunidad sobre la tierra... Y se dejó clavar a unos maderos junto con criminales. Se calló, inteligente como era, la otra cara de dicho sacrificio, a ver si otro podía descubrirlo. 

Quien mire este acto en todas sus dimensiones, llegará a la misma conclusión: si el hijo de Dios, que es el hijo del hombre, sufrió una muerte más espantosa que ladrones y asesinos (nadie era clavado a la cruz, eso fue una innovación de Poncio Pilato o del Sanderín, vaya a saber uno esas decisiones tras bambalinas), es porque alguien como él no podía asentir a una muerte que no fuera un símbolo de toda la humanidad: incluso el más puro entre los hombres y las mujeres merecía el trato dado a un criminal... quiso decirnos que stodos los somos (exageró un poco, convengámoslo).
¡Que todos nos miren en la altura cuando somos virtuosos! Y que la misericordia divina nos libre de quedar expuestos al juicio y la acusación por obra y gracia de la otra parte de nosotros. Este estercolero es el territorio favorito de abogados, jueces y del new circus, la prensa ... La caída del hombre, terreno fértil sobre el que creció esa doctrina de cerdos que es el cristianismo, con la culpa y el castigo siempre a mano, "con el perdón en los labios y una condena en el corazón", se advino muy bien con Roma, tierra donde la legislación devino ciencia... La ley impone la culpa para todos, si no, ¿para qué se dictan las leyes? Se espera la infracción, y se esperan también la responsabilidad y la culpa. ¿Por qué se dicta la ley "no estacionar en la platabanda" si no han habido antes accidentes causados por dicha conducta? La ley, por ende, el catastro de las culpas humanas, esta informada por la empiria, la escuela del mundo y los hechos, la más vieja que existe y la única que vuelve una y otra vez, sin importar los gritos libertarios, sin importar la doctrina del nazareno, sin importar los derechos y la ilustración, sin importar la psicología moderna... Vuelve siempre con la misma divisa: nada somos sino escoria, y nos merecemos por ende un sistema judicial.

Se adviene muy bien con la prensa y el espectáculo, presta siempre a vender lo que el consumidor quiera... el espectáculo de la caída, el morbo de las falencias y flaquezas, la delicia de ver en torno de uno testimonios de la debilidad humana, para comentar y reírse... sobre todo para sentirse por sobre eso. Extraña cualidad de hombres y mujeres: mientras haya otros que expongan nuestros vicios, nos reimos y juzgamos, siendo que muchas veces compartimos dichas falencias y hemos caído en los mismos pozos... sólo que pasamos inadvertidos. Será que ver en otros nuestras propias falencias nos hace olvidar. ("¿No le parece lógico? La cosa es no seguir siendo lógicos, y sobre todo evitar el juicio"). 

Sean como sean las cosas, cloaca es el alma humana, cloaca los ojos que ven el mundo y lo interpretan, cloaca las canciones de cuna con que arrullamos a nuestros hijos, condenados con  nuestra crianza (nuestro ejemplo), a ser escoria como nosotros. Si el efecto no puede ser nada que no este en sus causas, se entiende con creces la sentencia, llena de sapiencia, de un borracho y disoluto: "forgive the poor old people who gave us entry, taught us god and the child's prayer in the night". Del mentiroso sale otro, del asesino sale otro, del libidinoso, del extorsionador, sale otro igual a su causa. Eso lo avala la psicología moderna... Se necesita el perdón para partir de nuevo de cero, tabula rasa... Pero siempre se itera en lo mismo... Se dijo antes que sin importar que entremedio hayamos cambiado, las consecuencias de nuestros actos siempre nos alcanzan... Risible nuestra naturaleza, siempre a las escondidas y las escapadas; odiosa la cara del mundo y de los otros, siempre tan implacables con los yerros ajenos, siempre tan indulgente con los yerros propios. Siempre se me han hecho odiosas las relaciones humanas, ¿vaya uno a saber por qué?

Ayuda ver que del santo nunca salen hijos... la santidad y la probidad tienen por regla general no procrear porque son de otro reino: "regnum meum non est de hoc mundo".  

Valle de lágrimas es el mundo que habitamos... merecido lo tenemos... Salud por eso...

Fiat iusticia, pereat mundus...








miércoles, 26 de junio de 2013

NOX

Hace mucho tiempo que no daba la vuelta sólo a la noche. Afuera hace frío, aquí hay una estufa que calienta mi pequeño departamento lleno de humo (hay vicios que nunca se dejan), y le quito el bulto al trabajo como siempre.

No se en qué pensaba Dios cuando creó la noche (iluso yo, queriendo saber que pensaba Dios). Quizás sin saberlo nos abrió una ventana hacia su esencia, porque la noche siempre es silenciosa y con las luces lejanas que se van apagando, crece el misterio del cielo estrellado, de la niebla en invierno, y crece la oscuridad que es el misterio,  se abren a las cabezas y los sentidos de los insomnes vastos a llanos interiores (recuerdos y sensaciones de lo que fue y no volverá, de lo que es y esta inacabado, de lo que será...) que se mezclan con la realidad mientras hurguetéan sus narices frente al espejo y el reloj marca el tiempo: tic-tac, tic-tac.

No quisiera que la noche llegara a su fin. Me perdería en las luces de neón, hablaría con fantasmas y muertos y vagos, pintaría la ciudad bienamada de mis recuerdos y cantaría alabanzas al misterio oscuro de la materia ... Hécate, Hades, Lucifer... En la botella un arcoiris.... Alguna vez quise encontrar la cara que tenía antes de nacer... La noche me la revelaría, ya que detrás del velo esta la rosa y detrás de la rosa esta Dios. Pero mis sentidos hechos de materia y dolor son parcos e insuficientes, y siempre vuelve la luz y el astro y los ojos me arden...

Nox aeternitas aeternitatis...

viernes, 31 de mayo de 2013

Sobre lo Obsequadas que son las Palabras

No existe persona alguna que no agote su repertorio. Con terquedad vuelve siempre y con insistencia nuestros hábitos nos ganan, con las emociones predominantes y los pensamientos que se pierden por el desierto del mundo para volver a las mismas apreciaciones y las mismas conclusiones.

Alguna vez jugé a ser Alicia y bebía de todas las botellitas. Pase por el País de las Maravillas, que resultó cansarme como me cansa mi ciudad bienamada, como me cansaron las palomas y las iglesias y la salvación. Nunca me cansó escribir, pero comenzé a descubrir que escribir es una constante iteración.

Entiendo ahora que tenemos pocas cosas que decir... Extraña verdad siendo el mundo tan vasto y habiendo tanto en que fijarse.  Y a pesar de su abundancia, las palabras son la expresión de un entendimiento estrecho, obseso, siempre volviendo a sus mismos temas. Quisiera volver a la primera hoja en blanco de hace tantos años, donde no había dicho nada aún. Era posible soñar, era posible aprender porque una hoja en blanco es nada, que en el mundo de las posibilidades es todo.

Pero eso es pasado. El presente que quisiera expresar no se amolda a mis hábitos y no puedo urdir en estas palabras lo que ocurre. El amor actual nunca se ha dejado reflejar en mis palabras, que se avienen con tosudez a la nostalgía, al peso del pasado, a la soledad, al futuro posible del deseo, los vicios de la carne y la espirituosa.

Pero hay amor presente en mi vida y, junto con él, hay felicidad y tribulación, saltos inseguros a territorios desconocidos, una cama compartida y mucha nicotina. Una frondosa cabellera ensortijada y una sonrisa que no gasta su influjo después de todo este tiempo.

Mi ciudad bienamada, vieja compañera de la soledad, se vuelve desconocida... Las plazas, iglesias, palomas, bares y calles dejan de ser el mapa de las heridas del tiempo insoslayable. Las palabras me desconocen, porque ya no las puedo usar para detenerme en la pena y han quedado huerfanas del propósito que les avenía por costumbre.

Quería envejecer tranquilo. Quería escribir en mil variaciones mi ciudad y sus cambios. Quería la soledad y la libertad del deseo for the sake of itself, de la intimidad vacía de emociones, sensaciones puras ojos y bocas que devorándome con avidez furtiva desaparecien con la llegada de la mañana. Quería exhumar el perdón de Cristo, perdido bajo el barro y la mugre del cristianismo culposo. Quería tantas cosas, y a eso se acostumbraron las palabras.

Pero han mudado las cosas. El niño que se miraba en la fuente con su hermana ya no juegan en la plaza, pero seguimos codiciando los burbujeros y el mote con huesillo y los sigo mirando con los mismos ojos de hace años, cuando eran hojas en blanco, recien llegados. Se pulirá su entendimiento contra la piedra de la experiencia, y terminarán tarareando el mismo tema que todos musitan al llegar a la adultez en algún momento:

"Forgive the poor old people that gave us entry, taught us god and the child's prayer in the night". ("American Prayer" J. Morrison).

Que tañan las campanas, que vuelen las palomas, que los niños crecieron y la vida mutó como siempre. Que se vayan a otra parte las palomas y las plazas, hasta que se acostumbren a signarte, X L C, y no a signar la pena o la nostalgia o la calentura o la borrachera.


Un beso.

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