miércoles, 13 de agosto de 2008

PRIMERA ENTREGA: LA COSA EN SI, NOSOTROS Y EL BIEN Y EL MAL.

La Filosofía a partir de Descartes ya no puede deslindarse del problema del conocimiento: son parte del mismo enigma el qué podemos conocer, como podemos conocerlo y hasta donde podemos conocerlo: El “recto acceso al ente”[1] se torna misterioso, complicado, oscuro, y palabras como “lo aparente”, “la apariencia”, el “fenómeno”, “cosa en sí”, etc. se vuelven laberintos para el ojo que desea escrutar qué sea “la verdad”. También a través de este laberinto está en cuestión el lugar que corresponda a este ojo, su relación con el ente, con lo que ve y siente –su acción en relación a él – lo que se llama el problema “ético” o “moral” en filosofía. Pero todo por partes y en orden:

LA ANTIGÜEDAD: DE LO QUE CAMBIA Y DE LO QUE ES INMUTABLE

PARMENIDES: QUE SÓLO SE PUEDE INTELIGIR QUE EL SER ES.

La “apariencia” en el sentido de lo que aparece ante nosotros, ha sido siempre un problema: ya la Diosa enseño a Parménides que su camino decía: el ser “es” y no puede “no ser” o “llegar a ser”:

1. El "inteligir" que es verdadero se guía por la necesidad (anake): y si la necesidad esta ligada en el Fragmento VIII del Poema del Ser al pensamiento, a inteligir, entonces hablamos de necesidad en sentido lógico: lo verdadero es una proposición o juicio cuyo valor es ser siempre verdadero. Y si constatamos que el "ser es", y "lo ente es", entonces no pudo llegar a ser alguna vez, ya que el "no ser" no es ni puede ser: es impensable. Por lo tanto, el ser no puede salir de la nada, ya que de la nada, nada sale, y de lo no pensable no puede salir lo pensable.

1. Un sólo decir aun como vía

2. queda: que es. Por esta vía hay signos distintivos

3. muchos: que lo ente ingénito e imperecedero es.

4. porque es único, imperturbable y sin fin.

5. No era alguna vez, ni será, pues ahora es, todo a la vez.

6. uno solo, compacto. Pues ¿qué nacimiento le buscarás,

7. cómo, de dónde ha crecido? No te dejo "de lo no ente"

8. decir ni inteligir, pues ni decible ni inteligible

9. es que no es. ¿Y que necesidad lo habría impelido

10. después o entes, si empezó de la nada, a llegar a ser?

11. Y así o el todo ser es necesario o no [ser].

12. Ni jamás de lo no ente permitirá la fuerza de la persuasión

13. que llegué a ser algo junto a él. Por lo cual ni llegar a ser

14. ni dejar de ser permitió Dike, soltando cadenas

15. sino que las retiene. La decisión sobre esto consiste en lo siguiente:

16. es o no es. Pero ya está decidido, como [es] necesidad,

17. que una [de las vías] es impensable, sin nombre (porque no es verdadero

18. camino), en cambio, la otra es y es genuina.

19. ¿Cómo podría después dejar de ser los entes? ¿Cómo llegaría ser?

20. Si llegó a ser, no es, ni tampoco si va a ser alguna vez.

21. Y así se extingue la génesis e ignota [es] la ruina.

22. Ni tampoco es divisible, porque es entero igual.

23. Ni es algo más por aquí, que le impediría ser compacto,

24. ni menos, pues está enteramente pleno de lo ente.

25. Y así es entero compacto. Pues lo ente confina con lo ente.

26. Pero inmóvil en los límites de ingentes vínculos

27. es, sin principio, sin cesación, pues génesis y ruina

28. muy lejos fueron apartados; expulsólos la firmeza verdadera.

29. El mismo en lo mismo permaneciendo en si mismo yace,

30. y así firmemente ahí mismo queda. Pues la poderosa Ananke

31. Lo retiene en vínculos del límite, que lo cierra en torno:

32. por lo cual, es divina disposición que lo ente no es inconsumado,

33. porque no es indigente; en cambio, si fuera lo no ente, de todo carecería.

34. Lo mismo es el inteligir y aquello y aquello por lo cual el inteligir es.

35. Pues no sin lo ente, del que depende, una vez expresado,

36. encontrarás el inteligir. Pues nada es ni será

37. fuera de los entes; puesto que Moira lo ató

38. a ser entero e inmóvil. Y así todo será nombre

39. cuando los mortales establecieron, confiando ser verdadero:

40. llegar a ser y dejar de ser, ser y no [ser],

41. y cambiar de lugar y variar el color esplendente.

42. Pero por ser límite extremo, es perfecto

43. de todas partes, semejante a la masa de bien redonda esfera,

44. equilibrado del centro a todas partes. Pues nada mayor

45. ni nada menor puede ser por aquí y por allí,

46. pues ni lo no ente es, que pudiera impedirle alcanzar

47. la igualdad, ni lo ente, para que fuese de ente

48. más aquí y menos allí, pues todo entero es incólume.

49. Y siendo por todas parte a si mismo igual, comparece igualmente en sus límites.

50. Con esto termino para ti el logos fiable y el pensar

2. Si antes no hubo ser, ¿como pudo llegar a ser? Hay dos vías del pensar, pero una es impracticable (Fragmento 2): Que el ser no es. No puede pensarse el "no ser", ya que no se encuentra "decir" posible de lo que no es - "no conocerías lo no ente (no es practicable) ni decirlo podrías en palabras". No se puede pensar el no ser, ya que el pensamiento, y el decir (recuerdese que logos es palabra y tambien pensamiento) apuntan al ser: pensamos sobre "lo que es" y hablamos sobre lo que es - (fragmento 3) "pues lo mismo es inteligir y ser": el pensar (inteligir) y el decir son sobre el ser, por lo tanto, allí donde hay pensamiento - y en Parménides pensamiento quiere decir acceso a la verdad (pensar "sobre lo que es" y acceder así "a lo que es" y acceder "a lo que es como es") - este tiene que ser sobre el ser.

3. De la nada, nada sale: nada puede pensarse, además de que la nada no puede engendrar el ser - es impensable, ya que no hay ninguna necesidad (anake) que impulse a la génesis del ser de la nada. Si la nada está antes que el ser, no puede haber cosa alguna que determine que lo que es llegue a ser: el ser así siempre fue y siempre será. Si hay una "generación del ser", esta tiene que ser por algo que es: pero si el ser no sale de la nada, entonces siempre tiene que haber estado allí, ya que el ser no se engendra a si mismo: para poder ser engendrado, alguna vez tendría que no haber sido, y esto es ilógico, porque si alguna vez no fue, entonces nunca será (porque de la nada nada sale).

4. Si, entonces, el "ser es", este siempre fue y siempre será, sin cambio, sin más ni menos (no puede ser "más ser" por aquí y "menos ser" por allá, ni engendrarse ni perecer - porque si pereciera, significaría que del ser sale la nada: de nuevo impensable). El ser por tanto es inmutable, eterno, necesario.

5. Puede por lo tanto, guiados por la necesidad que impone el pensamiento, llegarse a la conclusión siguiente: lo aparente, todo lo que se sucede ante nuestros ojos, es quimera. Si el ser “ya es”, entonces, el devenir, el “llegar a ser”, el cambio, son ilusiones, y todo lo real “no es” ya que esta en devenir –siendo algo y dejando de ser algo, pero lo que es algo, no puede no ser ese algo. El ser “es”, por lo tanto “siempre fue” y “siempre será”[2].

HERÁCLITO: QUE TODO FLUYE - QUE NADA "ES".

El pensamiento de Heráclito también se topo con esta piedra en su camino, e incluso se rumorea en los libros que alguno de sus discípulos llegó a renunciar a hablar, y se limitaba a señalar las cosas, ya que no era posible formar conocimiento alguno de algo que era una cosa en un momento y otra en otro (nos bañamos dos veces en el mismo río, pero no es el mismo río, etc.): la palabra designa “algo” estable, como por ejemplo hombre o caballo, pero eso estable cambia a cada momento, por lo tanto, la palabra (el logos, la palabra, el pensamiento, lo que reúne –legein) es quimera.

Pero este era discípulo. Bueno es siempre escuchar a la fuente. (Heráclito, fragmentos - el número indica el fragmento)

8. Todo sucede según discordia.

53. Guerra es padre de todos, rey de todos: a unos ha acreditado como dioses, a otros como hombres; a unos ha hecho esclavos, a otros libres.

10. Acoplamientos: cosas íntegras y no íntegras, convergente divergente, consonante disonante; de todas las cosas una y una de todas las cosas.

67. El dios: día noche, verano invierno, guerra paz, saciedad hambre; se transforma como fuego que, cuando se mezcla con especias, es denominado según el aroma de cada una.

80. Es necesario saber que la guerra es común, y la justicia discordia, y que todo sucede según discordia y necesidad.

88. Como una misma cosa está en nosotros los viviente y lo muerto, así como lo despierto y lo dormido, lo joven y lo viejo; pues éstos, al cambiar, son aquéllos, y aquéllos, al cambiar, son éstos.

111. La enfermedad hace a la salud agradable y buena; el hambre, a la saciedad; la fatiga, al reposo.

126. Las cosas frías se calientan, lo caliente se enfría, lo húmedo se seca, lo reseco se humedece.

Si la guerra es la ley que todo lo gobierna, entonces "todo" lo que es cambia ya que tiende hacia los opuestos: se da constancia del cambio ya que lo opuesto "vive" en lo que és: "lo ente" es el campo donde convergen los opuestos, que tiran y empujan en direcciones opuestas a lo que es, y este "cambia", y así, este fuego (elemento de movimiento perpetuo: el fuego nunca se esta quito, se agita y mueve, decrece y crece) lanza aromas distintos dependiendo de la especie que lo domine en ese momento. Si los opuestos están en nosotros como una cosa, es que somos la casa donde moran, y el lugar de su batalla (fragmento 88). Y así, el joven se vuelve viejo, lo sano enfermo, lo frio caliente y este frio. Pero, si el joven es también viejo, lo seco lleva en sí lo húmedo, lo sano porta lo enfermo, entonces, "lo que es" algo nunca puede dictaminarse: falta lo estable, ya que el fuego, de nuevo, nunca se esta quieto. "Todo es uno" significa que lo ente porta en sí los opuestos, es el lugar de convergencia de los opuestos, que dan la medida de su cambio, nos informan de su movimiento. Pero entonces, ¿qué pasa con "el ser"? Comienza aquí el problema de determinar "que sea esto", ya que no hay nada estable por lo cual pensar a los entes: las cosas que son son las que se nos aparecen (son los portadores de los opuestos): pero los opuestos "no son en sí", sino en las cosas que las portan. Y si estas (los hombres, caballos, árboles, etc.), mutan tirados por la guerra que portan, entonces nunca podremos dar con el "logos" correcto para ellos: Sócrates ¿es el mismo Sócrates cuando es niño que cuando es viejo?. ¿El enfermo es el mismo que el sano? Porque si todo se reduce a los opuestos, entonces, en cada momento, todo es algo distinto (el enfermo, el sano, el joven, el viejo). ¿Donde queda Sócrates o el perro o el árbol? Los entes "en sí" quedan reducidos a una apariencia cambiante, indecible como el fuego, del que sólo se puede decir que incandece y cambia (si el "ser" es algo designable, debe ser algo que se pueda designar con la misma idea en todo momento - y si la única idea que puedo esgrimir es "cambia", entonces no puedo decir nada estable)....

Recuerdo a Borges, cuando elucubra que para Funes, con su memoria que nada olvidaba, quizás el mismo perro en el sol del mediodía no era el mismo perro que veía al atardecer, ya que ninguno de los rasgos que nuestra memoria pasa por alto al pensar en “el mismo perro” en ambos momentos se le escapaban al desdichado Funes, condenando a no olvidar[3].

Con esto se abre el camino del pensamiento. Parece haber dos senderos, pero ambos senderos llevan al mismo resultado: intelecto y hechos se bifurcan por caminos irreconciliables. el pensamiento busca el “ser”, pero el ser que aparece se disuelve en un perpetuo fluir –y uno de los dos está en el error: o intelecto, o hechos.

Habrá que esperar por Platón y Aristóteles para que arreglen este entuerto.



[1] Heiddeger, Ser y Tiempo

[2] ver los “Fragmentos” de Parmenides, especialmente el fragmento VIII.

[3] Borges, “Funes el Memorioso”.Heráclito“Fragmentos”

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