¿Tue Tue?

Hoy caminaba por Vespucio rumbo al trabajo llevado en alas del hábito y esa virtud llamada automatismo, tan cercana a la perfección. La mañana esplendorosa no presagiaba lo que turbaría mi tranquilidad y mis divagaciones. Me gustan los pájaros, especialmente las palomas. Me siento en las plazas y las miro pasearse balanceando sus cabezas mientras caminan con sus ojos abiertos de huevo frito. Además, siempre estan cerca de las iglesias y eso me gusta, a pesar de que muchas veces cagan sobre su fachada y se depare el espectáculo de ver la cruz del nazareno con chorreados blancos.

La cosa es que sentí aleteos cerca mio y me di una vuelta de 360 grados en busca de las bienhechoras. Pero en vez de palomas, vi primero uno, y luego dos más: eran unos pajaritos negros, chicos, parecidos a cuervos pero con el pico negro, más delgado y menos curvado. A menos de un metro, dos se pusieron a pelear a picotazos en el aire mientras yo miraba atónito. Seguí de largo, los pajaros volaron a un árbol. Note por el camino que aparecían en un árbol y luego en otro. Así por dos cuadras. ¿Me seguían? Recordé que los cuervos anuncian la muerte, recordé que Sigfrido vió cuervos, luego de reirse de las ninfas, justo antes de que se clavara en su espalda la lanza que lo cegó. Recordé también que cuando canta el tue tue, un viejo pasa de visita en la noche... se supone si mal no recuerdo que es Azrael, o Abu Jaria, o Mordad, o Malaikat Al-maut, dependiendo de la lengua y de los hombres.

Inquieto, busque imágenes del condenado pájaro. Ninguna calzaba con lo que ví: no era un mirlo, ni un cuervo, ni el tue tue, ni ningún otro pájaro negro que se me dió encontrar.

La cosa es que ya hice el paquetito con sal, y ahora espero... Temo dormirme y dejar al potencial visitante esperando. Sería muy peligroso, por no mencionar descortés... Espero que no sea más que un mal entendido, desvarios de mi mente tan propensa a simbolizar cualquier maldita cosa que se me pone por delante. Es que la vida es una caja de sorpresas, y ello tiene un sentido del humor bizarro por decir lo menos.