Pedí trabajo y me ha llovido sobre mojado. Gracias.
Pedí paz y no se mueve ni una hoja en mi espíritu. Gracias
Pedí mi destino pero no es el momento. Gracias
No los pedí pero me diste milagros, pequeñas maravillas que se cuelan por entre el tejido de la monotonía y me mantienen expectante. Gracias.
Ahora te pido que esos ojos me miren de nuevo, me sonrían, que esta vez no voy a cagarla. Gracias.
viernes, 10 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Tal vez no es tanto cosa de pedri sino de ir y hacer las cosas...tambien debo aprender algo de eso.
Publicar un comentario