lunes, 21 de julio de 2008

ultimo saludo a la bandera del nihilista que fui

El amor es un sentimiento pasado a guano...Igual que ese valor de nuestra cultura post revolución francesa: la libertad. Ambos excusas para el desvarío, para la auto indulgencia, para la estupidez...

La libertad, entendida "empiricamente" es el espacio donde no entran a tallar nuestras vidas las leyes y regulaciones estatales. Espacio "privado", vida "privada", etc. Allí no puede entrar el ojo de la luz de la virtud... Y es que la virtud siempre ha dependido del látigo... Y en el fondo, todos anhelamos el látigo: ante él no hay elección que hacer -the way is fixed, follow or you'll get a beating... Lindo, ordenado, higienico, sin las bacterias de la duda, el dolor, la incertidumbre, la decisión... Desde Platón, todos los que aspiran a la virtud para los hombres inundan sus vidas de reglas...y de guardianes para esas reglas. No seamos tan ingratos con la inquisición, la checka, la KGB, la CIA, la CNI... Simplemente nos dictaban las reglas que debíamos seguir para ser "buenos" a pesar de nosotros mismos. Y es que precisamente nosotros mismos somos el problema. ¿De donde nos nace esa idea de que somos el mono iluminado por la razón? La razón es nuestra cruz, y ya hubo un pelotudo nacido en Belen que se crucificó por nosotros. "Al cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios". Pero no intuyó que Dios, para tener lo suyo, necesita de las armas del Cesar: ¿qué es del poder de la Iglesia en las vidas de los hombres en los estados seculares? No, sin el brazo de la policia (ya que la inquisición se volvió impresentable), los feligreces se divorcian, fornican y copulan como conejos fuera del matrimonio, dentro de él, por sus lindes, debajo y arriba de esa institución... Además, ya que eso no es nada nuevo, lo hacen de cara al público, se vanaglorian (hombres y mujeres por igual), y sufren y lloran como niños...

Todo esto no es tan problemático, ya que el mercado es una buena fuente de encaucamiento: la mejor que hubo. Los que no les gusta como estan las cosas tambien tienen su merchandise: modas "rebeldes" (punk, rocker, metal, goth, etc.), música que les habla a sus corazones tan llenos de si mismos; a los revolucionarios, una industria de textos, fotos, citas, turismo a "Chiapas", etc; a los que se mofan de dios, clubes nocturnos, pornografía, y toda suerte de lugares para la decadencia; toda suerte de ecoaldeas, cursos, etc. de ecología, comida naturista, textos de tarot, etc. Todo esto previo pago de la suma exigida...Y allí esta, todos bailan en pro de las virtudes de la empresa y el emprendimiento...Pelotudos que alimentan la máquina que detestan....Hay sabiduría en eso.

Bueno, el problema no empieza cuando todas estas pobres gentes que se creen libres hacen todo esto: siguen alimentando la máquina (van al mall, toma cerveza, compran ropa, etc.). EL problema parte cuando se toman su libertad a pecho y sufren a causa de ello. O arman revoluciones, o se meten con la gente "inadecuada"...

Así, estos espacios "privados" deben reglarse. Y propongo lo siguiente: ya que la libertad se reduce a la compra y venta, al voto, y a decidir si compro drogas, me hago un tatuaje o medito, falta reglar el amor: fuente de muchos problemas.

Me imagino un sistema de "designación" de pareja al que los que contraeán nupcias no pueden apelar (como aún se estila entre gitanos, musulmanes y muchos orientales). Eso sí, nada de padres, ahora, que lo haga el estado... Por RUT. Un ordenador empareja RUTs aleatoriamente, siempre chequeando que los RUTs sean solteros. Los afortunados que han sido liberados de todas las desgracias que significan las parejas mal elegidas, el sufrimiento por amor, y todo eso, concurren a una oficina....o mejor un cubículo. Los recibe un funcionario vestido de gris, bajo la luz de un tubo incandescente que por regla debe parpadear...No hay cuadros, ni plantas, sólo muros grises (excepción hecha del decreto que nombra al funcionario a cargo, y reglamentos pertinentes, todos enmarcados en marcos metálicos). Hay una mesa, una máquina de escribir de esas que meten ruido y a las que se debe golpear... y dos sillas para los pichones: una azul y otra rozada. Llegan, se sientan, el funcionario les lee el contrato estandar de matrimonio, con los puntos que pueden negociar y aquellos en que el estado no tranza, las obligaciones estandar de ambos (iguales, sin distincióin de género: todo fria y matemáticamente partido a la mitad -la mitad de las veces uno debe cocinar, sacar la basura, buscar el sexo, etc.); el trato a los niños, la cantidad de niños mínima y máxima, el trato entre ellos, la cantidad de veces al año en que pueden buscar otras parejas para la expansión de la líbido, y así sucesivamente. Se les da una hora para que arreglen los puntos negociables, siempre bajo la vigilancia del funcionario que media en caso de conflicto y cuya decisión es inapelable.... Luego, este se pone a redactar el contrato final, ya cada golpeteo de la máquina (ah, se me olvidaba, el funcionario esta sentado bajo un gran crucifijo, y a los lados, fotos de todos esos buscadores de la virtud social: Robespierre, Stalin, Einsehower, Fidel, Idi Amin, etc.) es como un golpe del destino y del orden: todo fijado de antemano, en manos del supremo hacedor de la vida humana - el estado en este caso....

Nada cambiaría, pero se quitaría una compulsión más que añade a nuestras ya dificiles vidas esa idea tonta de libertad sumada a esa otra quimera: el amor. Igual que el mercado ordena nuestros impulsos y nuestros deseos y objetivos bajo una mecánica predecible de compra venta, consumo, trabajo, etc; ahora el estado regular nuestra vida privada: aún podemos ser infieles, fornicar, etc, pero todo oleado y sacramentado...por la razón y la virtud y la necesidad social...todo con un mecanismo que le quita su peligro, desarma el daño para los otros... Ya que no podemos ser virtuosos por nuestra propia acción (en eso se equivocó el Nazareno, el reino de Dios sólo está en algunos, para los otros, entra con sangre)...

In nominem virtu, sin Dios, pero por deseo y mandato de la pública voluntad, todos virtuosos. Amen

Nota al pie: esta regurgitación fue una necesidad post mortem: tenía estas ideas hace años, pero ahora, lo pongo en escrito para expresar al que fuí (en pensamiento, no en sentimiento: sigo siendo - siempre fui - de aquellos que le ponen high price a la libertad, a pesar de conocer en carne propia sus problemáticas y desvarios; conocí y sigo conociendo y valorando el amor - de hecho, sigo enamorado de la misma persona desde hace 14 años: lo que pasa es que mi corazón y mi cabeza estaban escindidos, y signo de eso es este texto.), y para entender mejor que es lo que soy, cual es el camino que dejé... quizás ilumine el que ahora emprendo...

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