Los años lo ajaron y la lima del hábito y la rutina lo redujeron a la simpleza de un animal -la noche es para dormir el cansancio de todos los esfuerzos para comer. No adquirió la costumbre de leer el periódico esperando la cena, pero llegó el momento en que la espirituosa salió de su vida, y junto con ella la lujuria y los impersonales abrazos canìbales que suelen acompañar la ebriedad de los sexos.
Entonces instituyó un mausoleo de los recuerdos. A veces rescata a alguna y desempolva el recuerdo, para darse cuenta que se va desvaneciendo poco a poco - la voz, el sesgo, la expresiones de la cara, el olor del pelo... A medida que lo pulen los años, se ve forzado a hacer intervenir la imaginación que va zurciendo estos recuerdos que se caen a pedazos. De a poco se va armando un sólo recuerdo que es una quimera de todas. Este ente ideal las combina a todas en sus mejores momentos, pero el resultado final es monstruoso, como lo son el arte y toda empresa humana...
Hundiéndose en las noches de los dìas, finalmente se da cuenta de la futilidad de todo...
La policía encontró miembros arrancados y cocidos juntos con hilo de pescar. Era un patchwork de miembros humanos disimiles unidos para formar un cuerpo... El ADN resultó ser de una pléyade de mujeres, todas vivas y enteras y en perfecto estado... Un hombre es el único sospechoso de algo que no es un crimen. La ciencia forense fue unánime en un comienzo: dictaminó que el cadáver era en todo rigor un ente real. El cuerpo refrigerado sin embargo, sufre un proceso de desvanecimiento progresivo: se vuelve cada día más transparente, pareciera difuminarse, irse borrando con el paso de las semanas. Lo que más llama la atención es la cara, que parece ir perdiendo todo rasgo diferenciador, toda particularidad, y es cada vez más un no-rostro... Lo recluimos en una celda, y cada cierto tiempo, los guardias deben retirar restos de pelo, dedos, dientes. Apareció un día otra cabeza, que, como toque final, tenía dos corchos, uno en cada sien... Inexplicable... No sabeos que hacer: los jueces no podrían que llevarlo a juicio, la policía lo soltaría, los juristas perplejos, no tendrían categorías para esto. Este hallazgo de be quedar en total reserva. Hemos llamado a psicólogos, psiquiatras y científicos las más distintas especialidades. Nada pueden concluir. Lo que pasa rebasa la causalidad empírica. Entre los parapsicólogos hay discrepancias: esto no es un tipo de poltergeist; entre los esotéricos y otras personas del rubro oculto (se recurre a ellos como ultima ratio), uno dijo que era la reencarnación de Aliester Crowley, otro que era un médium de sus propios delirios....
El hombrecillo es del todo insignificante, pelado, y ya en la medianía de los 50. Es taciturno y todo lo enfrenta socarrón: todo le parece broma, se divierte y es impenetrable en su silencio...
viernes, 18 de marzo de 2011
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