jueves, 18 de marzo de 2010

Rêver

La morte once more. Todo huele a ello últimamente, al miedo en un puñado de polvo, el último lecho para cerrar los ojos por última vez...a last dreamless slumber made of worms and bones?  Tal es la pregunta al parecer…

Arraigan raíces bajo los escombros y las lápidas, y pequeños tréboles asoman entre las grietas para que un niño descubra uno de cuatro hojas y se sienta afortunado. Esta certeza te la doy firmada (hay una iglesia vieja y grande. El terremoto tumbo su torre, pero al mirarla, vi pasto creciendo entre los muros viejos y las grietas polvorientas). Bajo los escombros de Europa en el 45, jugaban niños; el polvo bajo los pies infantiles en las plazas y ciudades, ha recibido la muerte en todas sus variantes veces sin cuenta.

Al final todo se reduce a los sueños, ya que nada parece poder escapar a este apelativo: la muerte, las zzz de cada noche, el mundo de la vigilia, que, desde Descartes, no podemos probar que sea más que sueños que soñamos; también esas ilusiones que sacan suspiros y son responsables de mucha poesía (de calidad variable, debo confesar) y más de la mitad de lo que escuchamos en America Latina (desde Manzanero a Arjona -definitivamente no soy romántico).

De hecho, nada más parecido a los sueños que la palpable y visible realidad: cáustica red de causas y efectos que deja espacio para todo. Hay espacio para los sueños y para el albedrío en las pequeñas rendijas que quedan entre los hechos. Aquí se cuelan las mariposas y ombligos sinuosos, pero a veces se cuelan dos ojos sosteniendo una navaja en la noche. Los milagros y la tragedia caminan de la mano, y nada que hacer, uno juega a que esto tenga sentido y edifica sus vida de sueños lo mejor que puede, pero la cósmica maquinaria del devenir los desbarata de tiempo en tiempo, con sus tragedias inefables o sus insignificantes e implacables minucias del día a día. Nothing as per plan, pero allí realmente empieza a parecerse a ese otro sueño.

Es evidente que llamamos sueños a esas cosas como las musas o la felicidad, por constituir algo que esta fuera de la realidad palpable y visible. Pero el sueño que se encuentra tras los párpados es tan incontrolable y tan azaroso como la realidad palpable y visible que se aparece al abrir los ojos cada mañana. Me parece que la ilusión, la musa, el deseo de riqueza sin límites, los vivieron felices para siempre and all that ballony, no debieran llamarse con este apelativo.

El sueño onírico y el sueño de la vigilia difieren notablemente en su arquitectura. En uno podemos estar con una mujer y al siguiente, esa mujer tiene una barba ronca. Estas cosas no suceden en la vigilia. Sin embargo, y entrenando mucho los sentidos, uno descubre esas aforementioned cracks, y lo onírico se cuela para deleite del ojo perito: uno ve que estuvo siempre allí, bajo nuestras narices. Ambos sueños se parecen en lo incontrolables. Al igual que las pesadillas o los sueños salpicados, la realidad tiene caras que nos asaltan y sorprenden, deleitan y espantan… o literalmente nos apagan.

Al igual que en el mundo onírico, el mundo de la vigilia es impermeable a esos “sueños” transidos de Arjona y de las hadas y los duendes con sus duraznos. Nada es suficientemente estable, nadie es suficientemente bueno ni suficientemente vil. Lo prefiero así. No me gusta el cielo de los ángeles con aureolas sentados en nubes de algodón tocando arpas, ni el león haciéndole arrumacos a la gacela. El amor es problemático ya que la amada/o se tira pedos y despierta con lagañas en los ojos y su aliento mañanero evidencia que es mortal (aparte de tener pequeños defectillos como volverse cotidiana/o, envejecer, y a la postre mostrarnos que nada de lo especial que veíamos en el/ella obedecía a la realidad, sino que era factura exclusiva de nuestra mentirosa y soterrada necesidad de escapar de la soledad y de esa otra más profunda: follad y poblad la tierra); la vida es azarosa; el trabajo es anodino pero there you go, es la quintaesencia de nuestra susistencia, subsistencia en muchos casos servil, en muchos casos plana y enojosamente cotidiana. Lo otro huele a cuna y talco, y dejemonos de hüevadas, el kindergarten ya quedo en el camino hace tieeeempo.

Nada, no se adonde voy con esto. Debiera estar trabajando y aqui estoy tratando de responder sin ideas claras a un fragmento de Eliot. Au revoir...Au Rêver

3 comentarios:

Val dijo...

Me sorprendiste! Un comentario bastante más extenso de los que suelo recibir, una muy interesante combinación de palabras, y de aquellas que no usamos todos los días al hablar. Gracias por pasar por mi blog, y por tu comentario.
Muy buen blog el tuyo, esa mezcla de inglés y castellano está tan bien! Es que a veces queda mejor en el otro idioma, o la expresión que buscamos está allá, y no acá... me encantó, me encantó lo que escribís.
Dejo mis saludos.

LaNieblaesRubia dijo...

A Eliot se le responde mirando una cloaca o un puente, inhalando la cotidianeidad corruptible y prestando la cara al aire, que a veces trae palabras bonitas y ecos de solemnidad.

Anónimo dijo...

si fueras como dice el papel, habrìa sido fàcil, y si la muerte se lleva a los que te rodean, no es mera casualidad.

Creative Commons License
faceinstone by matias rivera baeza is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Chile License.