El verano trae cielos limpidos azules, las cosas se iluminan de formas varias a medida que declina la luz, que enrojece los tejados y alarga las sombras mientras la noche satura lenta y progresivamente el aire. Esta estación siempre tiene a bien deslizar girones de nubes en el cielo y eso me gusta: el viento juega con esta materia escasa; la extiende por sobre nosotros con formas oscilantes y patrones inestables. Estas formas obedecen a una mecánica inasible, inaccesible en su tan concreto actuar.
Azar es la impredecibilidad, y se puede decir que el azar rige la producción de estas formas, ya que nunca sabemos con que nos vamos a encontrar. El azar resulta de la ignorancia de las causas (Polo), y el conocimiento es el conocimiento del por qué y la causa (Aristóteles), pero la razón nunca podrá predecir un hecho concreto como la forma que una nube va a asumir la instante siguiente.
Azar es simplemente todo lo que no puede abarcar la razón. Sin embargo, se insiste en que hay una predecibilidad, un explicación que desentrañará como "funciona" este azar. Seguimos sin que se nos pueda decir que forma asumirá la nube al instante siguiente. La fé de la ciencia y de la religión es que no hay azar puro ya que hay una forma lógica y ordenada en que todo se da. La especulación, el misticismo, la ciencia que acumula conocimiento metódica y sistemáticamente, todas se fundan en la apuesta que tras lo impredecible se esconde un orden, y por tanto, algo que la razón puede leer.
Sin embargo, seguimos sin poder reproducir un hecho concreto en toda su complejidad. Imaginemos una experiencia en que tengamos una mesa de pool en una pieza, y haya un par de brazos robóticos golpeando una bola en distintas direcciones. Hay un número manejable de variables discretas (independientes entre sí, y por ende manipulables), por lo tanto, quizás podemos predecir con exactitud el punto exacto de la mesa en que va a rebotar la pelota. Esto es ciencia experimental y requiere un ambiente controlado, léase, un numero predeterminado de variables intervinientes. Ante la complejidad de un hecho natural no podríamos determinar exactamente todas la variables que interactuan para producirlo (tal cantidad no podría abarcarse). Nunca podremos manejar todas las variables que llevan al viento a rayar con algodón blanco precisamente esa forma que vemos en el cielo. Nunca podremos predecir, antes que se de el golpe, donde va a ir a dar la bola si reemplazamos al robot por una persona de carne y hueso. La ciencia es una aproximación, maneja la generalidad y la probabilistica, pero no puede manejar "hechos" a menos que haya un ambiente controlado y por tanto, no puede predecir nada concreto. La razón puede predecir en el medio de el artificio: la civilización es precisamente el esfuerzo de generaciones de hombres por crear un ambiente artificioso donde los hechos puedan ser predecibles. En esto consiste su fuerza, en esto también la sensación de agobio que nos provoca cuando pensamos en el campo abierto, los bosques y todo ese romanticismo del verdor y greensleaves.
El misticismo y la religion (no son lo mismo, el primero es la busqueda de una vivencia directa del creador y su creación, la segunda, un canon para la conducta y el pensamiento, básicamente una práctica donde la experiencia directa se abandona a un ritual, a una ceremonia, a una autoridad...) se basan en algo más complejo: aceptar que los hechos no son predecibles, pero que el tejido de la realidad, la proliferación inconmensurable de causas y efectos, obedecen a una causa, a una voluntad. Nada de controlar la realidad, nada de tratar de entenderla si por entenderla buscamos explicar la mecánica que hace posible una variedad de hechos y permite decir que puede y que no puede darse.
El misticismo, que aquí nos convoca, va más allá aún: todo lo que sucede, cada hecho concreto, es lo que debe darse, es lo correcto, lo bueno, la voluntad de esa anima que vivifica todo. EL florecimiento de una azucena, la quiebra y caída en la miseria de una persona, el encuentro con una persona que nos hace sentir ese sentimiento tan engañoso -el amor, una violación...Todo tiene su sentido y su propósito. Hic et nunc, la voluntad tras todo opera, y el mal es una ilusión, ya que nada sale de la órbita de lo necesario, que es la voluntad tras toda voluntad y la mano tras todo cambio.
El mecanicismo y la voluntad dan también vida a varios dioses: uno que fijó unas reglas del juego, una serie de reglas por las que las cosas se rigen en su interacción y que determina que es posible que suceda; otra que indica que su voluntad se actualiza a cada momento, como el dios de Borges. Un tercero es el más macabro: un Dios calvinista, que dictaminó desde el principio quien se salva y quien se condena. El calvinismo sin embargo es moral, por lo tanto, quien esta predestinado al fuego pecará y obrará el mal porque eso ha sido prefigurado -algo no dicho pero que se sigue con necesidad silogística -el malo es malo porque su voluntad obra el mal: sin embargo, su voluntad esta prefigurada en el libro de la divinidad inescrutable.
Me gusta la opción B, donde todo tiene su necesidad. Sin embargo, el problema del albedrío me inquieta, y quizás a mi distinguida audiencia...pocos pero fieles. Se trata del viejo tema de un Dios todo sapiente y la existencia de una voluntad humana libre. Parecen dicotómicas, pero un Dios que todo lo sabe, cada hecho particular que va a darse, que puede saberlo porque maneja todas las variables (algunos economistas matarían por esta clase de sapiencia y así hacer de su disciplina una verdadera ciencia -cosa que sólo es de nombre, porque se trata simplemente de una doctrina disciplinaria, una serie de imperativos categóricos y resultados que "se darían si los hombres fuesen racionales, si los mercados fuesen imparciales": pura realidad hipotética. Se parecen a los moralistas y los utopistas que nos dicen "si el hombre fuese así y asá, no habría mal, hambre, dolor"), no se contradice con una voluntad libre del hombre. Tampoco se contradice con la libertad un destino. Sin embargo, en este esquema, un infierno es inconcebible. Dios no puede ser un juez si es amoroso, en esto Freddy le dio al clavo.
Todo esto pasa por mi cabeza cuando las nubes flotan sobre mi cabeza y nuestras calles sucias...its summertime and the living is easy...
martes, 16 de febrero de 2010
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8 comentarios:
y si yo no creo en dios?
y si mi razón incluye el azar?
y si uno acepta como parte de la vida no saber algunas cosas... y agradecer que pasen, que nos desequilibren, para luego seguir flotando y ojala aprender a navegar.
(me encanta cómo las mujeres marcamos territorio... no se pierdan el uno al otro, porque los fantasmas no proyectan luz)
Carola: Gracias. Sin embargo, mi filosofía no es superior, de hecho debe mucho a Borges (al igual que mi pluma), y a la traducción. Cuidate mucho en este tiempo...y piense bien que es lo que quiere...
Anónima: salga a la luz, que el anonimato es fantasmal. No discrimino creencia o la falta de...de hecho, fuí ateo -duro, materialista... Sin embargo, pasan cosas extrañas y maravillosas que incendian la conciencia...A veces llegan, a veces las personas se pasan la vida sin que pase...la divinidad es inescrutable
Fe de erratas:
debe mucho a Borges y a la tradicción...
No estoy falta de creencias, sólo que dentro de lo que creo, no está dios... no es nada terrible.
Y por suerte, me pasan cosas "extrañas y maravillosas" a cada rato, simples y complejas, pero nada que me haya llevado a creer en el inescrutable.
(me muevo en la luz, sólo que el anonimato me entretiene, por un rato al menos)
Tower, te felicito, tienes el blog lleno de mujeres...me puedo sumar? La calidad esta buenísima, en todo caso, desde mi pequeña perspectiva...ya sabe que no creo en mi intelectualidad... Y señorita anónima, es usted verdaderamente entretenida. Me gustan sus posts.
jajaja...lamento no haber alcanzado a ver el post de marca de territorio, aunq ue ya he visto algunos anteriormente...seré poco creativa y tb recurriré al anonimato...o mas bien al cuasi: firma: the hermit.
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