miércoles, 12 de mayo de 2010

Virtudes del Quiltro

Me gusta la lluvia, y extrañamente, la asocio con los quiltros callejeros que andan por esta ciudad en toda su extensión y entre todas las clases sociales. No se que me mueve a tenerles un cariño especial, sobre todo si a veces andan cargados de pulgas, de tiña, o son sólo un esqueleto cubierto de piel que mueve la cola inadvertido y feliz a algún niño en el parque antes que los padres lo alejen.

Me gustan los perros porque siempre perdonan (en esto sigo a J.B. Clamence), y los callejeros porque son resilientes en su ingenuidad y en su soledad, que cada cierto tiempo es engañada por los niños o algún adulto que les ofrece algo de comida o les hace un cariñito para luego dejarlos allí mismo en el paradero del bus, viendo la puerta cerrarse. En estos casos, bajan un poco las orejas, dan vuelta la cara y siguen su camino hasta que encuentran otro transeunte al que seguir, o una perrita a la cual acosar entre el tráfico y las cuadras.

Poco piden y con poco se contentan. Si uno los adopta, suelen terminar desapareciéndose, al primer descuido o apertura de puertas. No sé si es por el impulso a vagar que los hace abandonar la vida fácil de la mascota, o porque simplemente se pierden. Lo mismo da, son de la calle y la calle es de ellos: nosotros vemos la calle como el lugar otro al que no pertenecemos. Educados en la modernidad, el consumo, y la individualización, nuestro espacio es el espacio cerrado donde residimos "privadamente". Los quiltros son mejores ciudadanos: se apropian de los espacios comunes del hombre y hacen de él el lugar predilecto en el que existen.

Quiltros de la lluvia y de los basureros. Hoy los recuerdo. Entre todos los animales, levanto mi copa y bebo -no se que valor tiene el respeto de un beodo, pero este beodo bebe por ustedes con respeto y cariño, raza de su predilección. Hoy me siento un quiltro más, pero me pone nervioso esta comunión: cada vez que me acaloro mi lengua comienza a colgar, y sin darme cuenta estoy rascándome con los pies. Me ha sido imposible tomar el metro: el guardia me echa a patadas.

5 comentarios:

anónima.pelusona dijo...

pronto, quizás, voy a dejar el anonimato. no antes de julio eso sí.
lindo texto, tierna la última parte.
ve la peli.
cambio y fuera.

ídem. dijo...

p.d: "nosotros vemos la calle como el lugar otro al que no pertenecemos."
para una casi arquitecta, dispuesta a dedicarse al urbanismo como yo, esta frase es clave.
chau!

Anónimo dijo...

The hermit says:

Welcome thy who art in the world, and thus inmundo, insane, impertinent for the clean handed men and not savage, disrupting dancing halls and bread making emporia as well.
Welcome thy who art relentless and fearceful, but loyal as a fucking kiltro..."
We arekiltros, maaann...

Matias Rivera Baeza dijo...

Vivan los quilterires del mundo. Tenemos que unirnos y tomar este mundo ascéptico con una violenta lluvia de pulgas y libertad indomable!!!

Matias Rivera Baeza dijo...

Internacional quiltristica.

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