viernes, 15 de mayo de 2009

Sueños

Pasaron años antes que empezara a recordar sueños. Ya no puedo creer, como antes, que son sólo la mezcla aleatoria de imágenes azarosas lanzadas por el subconsciente que nuestra mente trata de ordenar en algún libreto entendible. Es una postura convincente: por eso los sueños son en general tan bizarros y tan desobedientes a la lógica causal del mundo de la vigilia.

Para empezar, el mundo de la vigilia tiene quiebres en la secuencia plana de causas y efectos: suceden cosas que el ojo sensible detecta. Milagros, imprevistos, símbolos - pleyades de minúsculos hechos que no encajan en la concatenación y plana y simétrica del sinsentido scientífico y lógico se cuelan y desajustan el tic-tac de relojería. Una vez que empezé a ver sueños en la realidad vigilante, empezé a recordar los sueños.

Pero sólo ciertos sueños. Pasa como en todo: hay sueños que son como cualquier otro, al igual que hay días donde los pesares y las alegrías se arrastran sobre el manto de lo siempre igual. Hay sueños, sin embargo, que llegan para quedarse, y se marcan en la memoria. Sueños que muestran algo...

Dos ejemplos:
1) Soñaba que estaba frente al espejo. Tanto al soñar como en la vigilia, los espejos me inquietan por razones ya extendidas y repasadas anteriormente. Estando frente a él, recuerdo habar tomado una navaja y comenzado a raparme. El rapado era difícil, como lo es cortarse uno mismo el pelo. No quería raparme al cero, sino dejarme una capa de pelo homogéneo. Al avanzar, quedaban islas de pelo más largo entre el cuero cabelludo trasluciendo entre pelitos ingentes...Pregunté a una compañera de trabajo -de repente estaba en el trabajo - si estaba bien. Las reglas del manual susodicho de carreño dictan la respuesta cortés y educada: "si, se te ve bien". El espejo la contradecía, y decidí seguir en la empresa de aligerarme el peso de la cabeza...

2) Uno más inquietante. No recuerdo como no por qué, pero estaba en la cabaña de una vieja cuya turbiedad se sentía flotar por los muebles de madera sin barnizar. No quería estar ahí, no quería tratos con esa bruja - la magia me produce urticaria por asmejarse al sacrilegio... Pero estaba mi tía Valentina tirada en la alfombra, boca abajo, convulsionando...La vieja me decía: "sólo tu puedes ayudarla" y lo repetía incesantemente. No podía irme dejando a mi tía allí. Y sin saber como, extendí mis manos en su dirección, con el índice y el pulgar extendidos en forma de L, formando con las dos manos un rombo y apunté a sus omóplatos. Al mover mi mano hacia la alfombra, debajo de esta comenzó a moverse un cototo, con los movimientos pesados del mercurio. Trataba de irse hacia otro lado, y tuve que perseguirla a la distancia con mis manos en rombo. Finalmente la alejé de mi tía, de la alfombra, hacia el piso de flexit amarillo. El cototo siguió, pero debajo del flexit, levantándolo y escapando de mis manos. "Sigue, sigue" decía la bruja. Finalmente lo arrinconé y levante mis manos, y del suelo salío una burbuja de mercurio de unos 10 cm de diámetro, pero no redonda, sino aplanada y gris que empezó a flotar en el aire. Fuí juntando mis manos, y la burbuja se emequeñeció hasta que al cruzarlas, desapareció. "Ya esta, se fué" dice la bruja. Pero queda la pregunta con que volví al mundo de la vigilia, y que me ronda a veces en la calle: ¿desapareció o se absorbió en mi?".

Mi tía tuvo cancer, mi abuela también, diversas personas en mi familia han muerto por su causa. Me inquieta el significado del sueño...

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