Con un cel y un ojo entrenado, los vigilo, y a veces delatan sus constumbres. Seríamos mejores si fueramos como ellos y como el Tao. Un pequeño tributo visual a los callejeros bienamados.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
me encantan los dos, pero el hedonista...hay que tener bolas para ser callejero, no tener nada y arriesgar o único que se tiene: la vida en medio de la calle, solo por el hedonismo de vivir y hacer lo que a uno le place...qué carácter ese hermanito!
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me encantan los dos, pero el hedonista...hay que tener bolas para ser callejero, no tener nada y arriesgar o único que se tiene: la vida en medio de la calle, solo por el hedonismo de vivir y hacer lo que a uno le place...qué carácter ese hermanito!
H
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